Cuidados Solares
El efecto natural del sol tiene consecuencias beneficiosas para la salud, pero también nocivas, tales como el envejecimiento prematuro de la piel, la formación de arrugas y manchas antiestéticas, quemaduras de la piel, disminución de las defensas, cataratas en los ojos o incluso puede dar origen a la formación de cáncer de piel. Es suficiente una sola exposición solar con quemaduras en la infancia o adolescencia, para que la posibilidad de desarrollar cáncer de piel en el adulto sea mucho mayor. Por eso debemos tomar ciertas medidas para prevenir estos daños irreversibles.
Las necesidades de protección solar, sin riesgo de quemaduras, (Factor de Protección Solar: FPS) serán diferentes, según la sensibilidad de piel y la forma de reaccionar ante la exposición al sol, de cada persona (fototipo). Por lo que lo primero que tenemos que saber es a cuál pertenecemos:
- Tipo de piel 1: Nunca se broncea y siempre se quema. Generalmente, personas de cabello rubio o pelirrojo, ojos azules, piel pálida con pecas.
- Tipo de piel 2: Se quema fácilmente pero puede broncearse eventualmente. Personas de cabello rubio, ojos azules y con pecas.
- Tipo de piel 3: Se broncea fácilmente y rara vez se quema. Por lo general, son personas con cabello y ojos oscuros, con una piel ligeramente más oscura.
- Tipo de piel 4: Nunca se quema, siempre se broncea, Persona de cabello, piel y ojos más oscuros.
- Tipo de piel 5: Piel mediterránea, nunca se quema, siempre se broncea con tono muy moreno, cabello moreno, coloración de la piel muy morena.
- Tipo de piel 6: Piel negra (por ejemplo, afro-caribeños).
Una vez que sabemos nuestro fototipo lo siguiente es tomar las medidas necesarias:
· Utilice sistemáticamente la protección de un sombrero de ala ancha, una camisa, un pantalón, y sin olvidarse de la protección ocular (gorro con visera, y gafas de sol protectoras frente a los rayos UV).
· Permanezca a la sombra, use sombrillas o toldos cuando no haya sombra natural, especialmente entre la 12 y las 16 horas, cuando el sol se encuentra en lo más alto y las temperaturas son más elevadas.
· Los rayos solares se reflejan en muchas superficies tales como arena, agua, nieve, rocas, por lo tanto, se debe proteger la piel incluso en la sombra.
· No se exponga al sol más de una o dos horas diarias, aunque lleve protector solar.
· Ciertos medicamentos son capaces de producir fotosensibilización o aumentar el riesgo de reacción de la piel frente al sol.
· Beba abundante agua antes, durante y después de la exposición solar, sin esperar a tener sed.
· No debemos olvidar el uso de fotoprotectores solares
Después de la exposición solar debemos tener en cuenta que es necesario ayudar a la piel a recuperarse:
Después de tomar el sol nuestra piel sufre una deshidratación a la que el aftersun pone remedio. Además, por muy prudente que seamos, la radiación solar siempre produce una inflamación de la piel para la que también resultan eficaces.
Su función principal es la de recuperar la hidratación y elasticidad habitual, eliminar la sensación de ardor provocada por la radiación solar y evitar el envejecimiento prematuro. Además, los productos más adelantados están preparados para desarrollar un bronceado más uniforme y duradero.
Rayos UVB y UVA
Rayos UVB: Corresponden solo al 5 % de los rayos que recibimos del sol. Interactúan con la epidermis (capa más superficial de la piel), causando daño directo sobre el ADN de las células de la piel. Dejan la piel roja y es la responsable del bronceado y las quemaduras solares1. Además, es la causante del cáncer de piel.
Rayos UVA: Son el 95 % de los rayos UV que recibimos del sol. Afectan tanto a la epidermis como a la dermis(la capa más superficial de la piel y la que le sigue). Está asociada al daño de la piel a largo plazo, es decir, es la principal causante de fotoenvejecimiento y arrugas
SPF son las siglas en inglés de Sun Protection Factor (Factor de Protección Solar) y hace referencia a la cantidad de tiempo que una determinada crema solar protegerá tu piel de los rayos UV. Cuanto más alto sea el SPF (o "FP" por "Factor de Protección"), más tiempo durará su protección.
El nivel mínimo de SPF recomendado para cada tipo de piel en un día normal es:
Piel seca: SPF 30 .
Piel sensible: SPF 50. Dado que la piel es más propensa a sufrir daños, un factor 50 ofrecerá mayor protección.
Piel madura: SPF 50. Por los mismos motivos que la piel sensible, pues la piel se vuelve más fragil con la edad.
El sol, entre otros factores puede fomentar la oxidación celular, ya que es capaz de generar reacciones químicas en nuestras células produciendo estrés oxidativo y dando lugar a radicales libres. Los radicales libres son necesarios en el organismo, porque entre otros efectos favorecen la eliminación de agentes infecciosos, pero cuando nos exponemos excesivamente al sol como ocurre en verano, el equilibrio entre los radicales libres y las enzimas se ve descompensado, generando daño celular.
Los radicales libres son moléculas inestables que atacan a las células de la piel provocando desde fotoenvejecimiento hasta cáncer de piel. Este daño puede prevenirse utilizando antioxidantes